Cuando llega la hora de la verdad, cada oveja se
arrima a su pareja y se fusionan, durante un minuto, en un tierno abrazo.
El abrazo es un lugar donde todo
está calmo, donde nada envejece y los recuerdos duermen
como tiernos niños, y la tristeza,
la muerte y los reveses de la vida se disuelven en la
nada.
Durante el abrazo la ternura nos cubre con la tibieza
de las abuelas
El abrazo es un espacio, donde puertas y ventanas
están muy cerca y se abren de par en par con solo desearlas.
Y sucede cuando se recuerdan hermosos momentos que se
pueden llamar por su nombre, o por el día que
ocurrieron, o por datos tales como “el sol era radiante,
o el viento te despeinaba, o el gris te calaba el alma”.
En el abrazo los recuerdos moran en fragancias y silencios,
en el sonido de la lluvia.
E imitan el acompasado ritmo de relojes
cansados, las charlas de las casas de té, donde
los más tímidos se acurrucan en los lugares más apartados.
roberto angel merlo
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