A medida que la primavera asomaba su cara en las
calles, ella salía a fatigar veredas,
caminando la tarde con paso dinámico, grácil,
pero sin perder la sorpresa que
pudiera hacerse presente en cualquier umbral. Sentía necesidad de ver cosas, conocerlas,
tocarlas, y en esas caminatas diarias no perdía de vista el cabeceo de los
sauces que se alineaban en la avenida del pueblo, rematándola en una doble
hilera, ni los jardines que comenzaban a florecer.
Y sentada en un banco de la plazoleta, asistía a la victoria
de un septiembre ventoso, e inauguraba
en sus ojos la mancha de multitud de
hojas verdes muy pequeñas con fondo de cielo azul, que daban la vuelta en una
esquina.
Tan dinámico era su andar, que a veces el pasto tierno
todavía mechado por amarillos del invierno, salpicaba sus piernas, y los bolsillos de su short se iban hinchando
con los sonidos de la calle y la plazoleta, esos rumores que sólo se descubren en un pueblo tranquilo, cuando
el oído no percibe más que la naturaleza
que todavía sobrevive en lo que todavía no es una ciudad.
Una tarde, ella volvió con algo más que arena en los
pliegues de su blusa, y con alegres movimientos
se sacudió toda una plaza en la cocina.
Ella se dio cuenta de aquello, porque creyó escuchar, bajo
la mesa, las voces unos niños, y le pareció que entre los estantes las copas
vibraban por el picar de una pelota.
Abrió los brazos y
miró a su madre disculpándose:
-No sé que pasa
mami. Solo salí a caminar.
Me has sacado una enorme sonrisa....
ResponderEliminarBESOS!!!!
me encanta la forma en que tienes de escribir... al final me sacaste una sonrisa.
ResponderEliminarsaludos
carlos
Hola Rober, una simpática entrada. Me ha gustado mucho, hasta me ha hecho sonreír. Un abrazo.
ResponderEliminarMomentos, instantes que a medida que te leo los voy imaginando desde tus letras, Roberto, un placer leerte.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Bego- Me alegra tu sonrisa.
ResponderEliminarMe alegro Carlos.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por esa sonrisa Lola.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias por tan hermosas palabras María.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta tu relato por la frescura que le pones a tus letras.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Todos os dias Deus nos dá um momento em que
ResponderEliminaré possível mudar tudo que nos deixa infeliz
e tristes.
Para isso precismos ter esperança e acima de
tudo muita fé .
Com esperança e fé tudo pode mudar dentro de nos
as coisas boas começa acontecer mudando toda nossa existência.
Esse é um instante mágico quando passamos a ter fé porque Deus
vem habitar dentro do nosso coração.
Estou deixando essas palavras por ter muito
carinho por você.
Desejo uma semana abençoada.
Beijos no coração,Evanir.
Gracias Fus. Una alegría tu visita.
ResponderEliminarUn abrazo
Evanir, estimada vecina de país, gracias por las hermosas palabras que me dejas, y por tu comprensión del fondo del texto.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta tu forma de escribir, nos llevas de la mano hasta el final.
ResponderEliminarUn abrazo grande,
Eva.
Gracias María Eva. Tu comentario es gratificante.
ResponderEliminarun abrazo
Sonrió y pienso, preciosas tus letras como siempre
ResponderEliminarTe beso fuerte
Gracias Marián, tu retorno a blogger es muy alentador.
ResponderEliminarUn abrazo
Robert... " Momentos "
ResponderEliminarEntretenido momento he pasado al leer tu relato
¡¡¡ Hermoso !!!
un beso
Muchas gracias Dolly.
ResponderEliminarUn abrazo
Un exquisito andar en el que se entraña el paisaje citadino de manera subyugadora. Un placer saludarte y leer "Momentos "
ResponderEliminarGracias por tan buenas palabras LETICIA.
ResponderEliminarCelebro tu retorno