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viernes, 14 de marzo de 2014

DESPERTAR


         
El colectivo paró, el chofer abrió la puerta doble, la gorda bajó como pudo atascándose y Lucho aprovechó  para abrir la ventanilla   desocupada.
Se tiró a la calle corriendo en dirección contraria.  Dos cuadras después, caminó  sin darse vuelta.  Acalorado por  y con miedo suspiró sintiéndose a salvo, pero con los bolsillos vacíos.   Si  seguía así, tendría que volver a su pueblo.  Su tarjeta de transporte no tenía  lugar,  tendría que caminar.
         Lo hizo como pudo, arrastrando los pies,  desalentado. Faltaban pocas cuadras, le restaba atravesar una linda plaza de  barrio y después de  pasar las vías se encontraría con el vecindario pobre y sucio.  Se sentó  en un banco a descansar.  Noche cerrada,  calor, pies que  reventaban.  Enfrente, en  un bar,  vio una cara conocida.  Se arrimó.
Era una pausa después de los tormentos del día. Tal vez lo convidaran.  Era Celso con otros vagos conocidos.  Lo invitaron a  la mesa  y él nada dijo de no tener dinero, pero como sea, al rato estaba tomando cerveza.  Después, muerto de cansancio, o  por las cervezas, se durmió.
 Al día siguiente se despertó en un lugar desconocido y comenzó a pensar.
“Dónde me habré metido esta vez, voy a tener que parar  la mano”,  y  sentía un olor feo que lo despertaba.  Le habían dado  al trago, y ahora  tenía un fuerte dolor de cabeza.
¿Dónde  estaba, en una casa… ¿ pero cual? Miró   y solo vio oscuridad, y el dolor de cintura, por dormir en cualquier posición.  Volvió a dormir esperando la llegada del día.  De continuar con esa  vida algo iba a salir mal:  deambulaban  por la noche, perseguian minas para cargarlas y asustarlas  hasta verlas escapar con miedo.  Pequeña diversión   para morir de risa.  Compraban cigarrillos mientras uno de ellos lo charlaba al kiosquero  y otro se escapaba sin pagar.   Diversiones baratas:  basurear  gente, y reírse en la cara.  En un bar americano, consumían a gusto y se largaban sin pagar.  Se acordó de lo que había pasado por la noche.  Se levantaron todos  de la mesa, fueron a caja como para pagar, y alguien sacó un revolver para asaltar al pizzero.  Se terminó armando  lío, vino la policía,  y  escaparon.
         Una tenue claridad venía de algún lado, todavía no distinguía bultos familiares, el lugar parecía extraño.  De improviso se encendieron luces, vio rejas y escuchó pitos de policías
        Comprendió la triste realidad.

roberto angel merlo
         


viernes, 7 de marzo de 2014

EL ABRAZO


Cuando llega la hora de la verdad, cada oveja  se arrima  a su pareja y se fusionan, durante un minuto, en un tierno abrazo.
El abrazo es  un  lugar donde todo  está  calmo,  donde  nada envejece y los recuerdos duermen   como  tiernos niños,   y la   tristeza,  la muerte y los  reveses de la vida se  disuelven en la nada. 
Durante el abrazo la ternura  nos cubre con la tibieza de las abuelas
El abrazo es  un espacio, donde puertas y ventanas están muy cerca y se abren de par en par con solo desearlas.
Y sucede cuando se recuerdan hermosos momentos que se  pueden  llamar por su nombre,  o por el día que ocurrieron,  o por datos tales como   “el sol era radiante,  o el viento te despeinaba,  o el gris te calaba el alma”.
En el abrazo los recuerdos moran en fragancias y silencios, en el sonido de la lluvia.
E  imitan  el acompasado ritmo  de relojes cansados,   las charlas de las  casas de té,  donde  los más tímidos se acurrucan en  los lugares  más apartados.

roberto angel merlo




martes, 4 de marzo de 2014

CON LAS VENAS ABIERTAS

Desde la colonización de América Latina, hubo un constante 
saqueo de los recursos naturales de la región por parte de 
los imperios coloniales, entre los siglos XVI y XIX:  el 
Reino Unido y los Estados Unidos principalmente, desde 
el siglo XIX en adelante. Fiebre del oro, fiebre de la plata 
desde la llegada de Cristóbal Colón hasta que estos 
metales se agotaron o perdieron su valor.  El mundo era 
entonces el mar Mediterráneo con sus costas de  
proyecciones hacia África y Oriente.
 En 1492 la bota española  pìsó  las arenas de las Bahamas
 En  1502,  Colón seguía creyendo que era el mar de China 
cuando entro en las costas de Venzuela,  y que desde allí 
se extendía una tierra infinita que subía hacia el Paraíso 
Terrenal.
 Nació el mito de El Dorado, el monarca bañado en oro..
El espejismo del “cerro que manaba plata” se hizo realidad

 en 1545,  en Potosí. Había  oro y plata en grandes cantidades, acumulados en la meseta de México y en el altiplano andino.
Hernán Cortes reveló para España en 1519 la fabulosa 
magnitud del tesoro azteca de Montezuma y quince años 
después,  llego a Sevilla el gigantesco rescate, un aposento 
lleno de oro y dos de plata, que  Pizarro hizo pagar al 
Inca Atahualpa antes de estrangularlo.
En 1493,  Portugal ocupó territorios que hoy son brasileños 

 En 1513, el Pacifico resplandecía ante los ojos de Vasco 
Núñez de Balboa.    
En la estructura contemporánea, el despojo  continúa. Es un 
saqueo por vías más indirectas pero no menos efectivas, 
mediante un sistema colonial opresor hacia adentro y 
oprimido desde fuera. 
 En 1977   las potencias se apropiaron de países que tienen 
petróleo  al exigirles  que  abran  fronteras a  sus compañías 
para  adueñase de esos mercados.
Eso  habla de la  Globalización y la economía mundial,  
 negocio de las grandes industrias. Estados unidos usa 
la mano de obra barata y a los economistas.  Para abaste.
cerse  de la mayor parte de los minerales estratégicos que se 
consideran de valor critico para su potencial de guerra, 
los Estados Unidos dependen de las fuentes extranjeras.
 A cada país dirá las cosas color de rosa.
Pedro Alvarado y sus hombre se abatieron sobre Guatemala 

y eran tantos los indios que mataron, que se hizo un río con 
su sangre.
Antes  que  Pizarro degollara al inca Atahualpa, le arranco un 

rescate  de oro y plata que pesaba  más de veinte mil marcos.  
Plata fina y 326.000 escudos de otro finísimos.
 En Potosí la plata levanto templos, palacios, monasterios y 

garitos,  junto a la tragedia y  la fiesta, derramo la sangre y
 el vino, encendió la codicia y desato el despilfarro.
 La espada y la cruz marchaban juntas en la conquista y en
 el despojo colonial. .
Entre 1545 y 1558 se descubrieron   minas de plata  en la 

actual Bolivia, y  en México.   El rush de la plata eclipso 
rápidamente a la minería de oro. A mediados del siglo XVII 
la plata abarcaba más del 99 por ciento de las exportaciones
 minerales de América hispánica. Entre 1503 y 1660, llegaron 
al puerto de Sevilla 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos 
de plata.
 Cada año entre ochocientas y mil naves descargaban en

 España los productos industrializados por otros. 
El siglo XVII fue la época del pícaro, el hambre y las epidemias.

 Era infinita la cantidad de mendigos españoles, pero ello no 
impedía que también los mendigos extranjeros afluyeran 
desde todos los rincones de Europa.

El saqueo, interno y externo, fue el medio más importante para 

la acumulación  de capitales.  Las minas de plata en México,
 vivieron su auge  americano.  .
En Potosí y en Sucre solo quedaron vivos los fantasmas de la 

riqueza muerta. En Bolivia  los capitales anglo chilenos agotaron, 
durante el siglo pasado, vetas de plata más de dos metros de 
ancho.
Los capitales  se derrochaban. Se practicaba el viejo dicho:

 Padre Mercader, Hijo caballero, nieto pordiosero.